Cierro los ojos y te veo, lleno de Luz.
Me sorprendes cada día, con cada sonrisa, y cada vez que alejas tu pena y vuelves a mi lado, aunque sea por unos escasos segundos. Siento que estoy recibiendo el regalo mas grande, el amor más infinito, el tesoro más preciado: el Perdón. Quiero sentirme merecedora, y por eso quiero ser mejor.
Perdonar es amar, y te admiro por eso, y te amo más de lo que nunca te amé.
Ulises, te recibo con humildad, aunque a veces parezca soberbia. Y agacho la cabeza sutilmente, y me siento infinitamente agradecida con tu regalo. Y espero que con cada mariposa, con cada batir de alas, con cads suspiro y cada chispa diminuta, vayamos construyendo lo más hermoso de nuestras vidas: el tener la certeza de que jamás estaremos solos mientras exista el otro.
Quiero, puedo y voy a ser la mujer más feliz, junto al hombre más feliz, regalándonos mutuamente nuestra felicidad.
Te extraño... ya no quiero estar lejos.
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