Las verdaderas demostraciones de amor están allí, van desde el perdón hasta las cosas más cotidianas: brindar apoyo en los momentos difíciles, sorprender con pequeños gestos, inventar cosas para que la vida sea más entretenida... y ceder, ceder un pedazo de nuestra felicidad y de nosotros mismos para completar la del otro.
El verdadero amor está, de frente, mirándonos a los ojos..... Lo que sucede es que sólo lo pueden ver aquellos que ven con el alma, y no con el prejuicio del orgullo y las heridas del egocentrismo.
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